Me torturo.
El cristal que guarda mis sueños
revienta en mil pedazos contra el muro
que se ha levantado entre nosotros.
Retumban gritos de dolor que
en silencio truenan mis oídos sucios,
se mezcla mi llanto con el de las flores.
He matado.
La tortura la he hecho yo contra todos,
el cristal ha reventado y la flor ha caído
por la desesperación de no tener tus ojos.
Esa flor que traté con esmero y cuidado
ha muerto por todos mis dolores,
y ha pagado con tortura este amor olvidado.
He traicionado.
No he podido esta vez contra el instinto;
el miedo y el odio dominando, y yo me escondo
solo, en la oscuridad que reina en mis ojos.
Perdí la vida, robé otra y ahora intento
torturarme para no sufrir más, para no llorar,
me flagelo a la luz de la tristeza: Soy un asesino.
Traicionar.
Morir.
Torturar.
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