No se puede entender a la muerte
hasta que no se la halla muy cerca.
El olor de la muerte confunde,
huele a tristeza, a miedo y a tristeza.
En el corazón duras tormentas,
los pulmones contraídos se pierden
y de pronto: el último aliento de vida,
que huye por las comisuras del cristal
que se haya estrellado por el odio.
Sigue el silencio,
ya no hay más...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Martaaaaaa, que chido que ya tengas blog, lo voy a enlazar con el mío, tamos en contacto!
Publicar un comentario