lunes, 13 de octubre de 2008

El porqué...

Porque tus ojos iluminan mi camino

porque tu voz siempre anima mis ojos

porque tus pechos acallan dulces mi voz

porque tus labios retumban en mi pecho

porque si no hubiéramos cruzado nuestros caminos,

mis labios nada hubieran vivido.

Porque vivimos. Me vives. Te vivo.

Te quiero.

lunes, 16 de junio de 2008

LA NOCHE TRISTE

Invadida la ciudad por falsos dioses,

templos profanados por herejes,

derrotado y sometido Moctezuma:

hora pueblo mío de dar el grito.


Ese rugido de jaguar maldito

que escupe fuego por su plata boca

retrocede ante la furia de Cuitlahuac,

¡Sufre y huye el español maldito!

Retumban las tierras de Quetzalcóatl,

gritos de guerra de jaguares:

¡Defenderemos hoy estas calles

a costa de nuestra propia boca!


Escapan ya los asesinos,

perseguidos han de ser

por acabar con tantos viejos.

Ya se van hacia Tlacopan,

sin embargo no se irán

sin entregar antes sus vidas

en sacrificio a Huitzilopochtli,

Tlaloc, Toci y Teteoinnan.


Dicen que murieron miles,

dicen que perdieron su oro,

que se ahogaron sus caballos

y se quebraron todos sus rifles;

que sus ojos llenaron de sal y agua

y que lloró y lloró su líder.


¡Llora conquistador,

llora triste allá en Tacuba

que merece tu color

eso y más por tu traición!


Por lo pronto esta noche hay fiesta

Tenochtitlán es libre y se viste

con los colores de Tezcatlipoca.

Brindando con Mayahuel

nos entregamos a Xociquetzal

y a Tlacúltetl, Tlazoltéotl y Xochipilli;

y cantamos con Chicomexochtli

y sonreímos con Nuhualpilli.

domingo, 10 de febrero de 2008

Sobre la muerte

No se puede entender a la muerte
hasta que no se la halla muy cerca.
El olor de la muerte confunde,
huele a tristeza, a miedo y a tristeza.
En el corazón duras tormentas,
los pulmones contraídos se pierden
y de pronto: el último aliento de vida,
que huye por las comisuras del cristal
que se haya estrellado por el odio.

Sigue el silencio,

ya no hay más...

Me torturo

Me torturo.
El cristal que guarda mis sueños
revienta en mil pedazos contra el muro
que se ha levantado entre nosotros.
Retumban gritos de dolor que
en silencio truenan mis oídos sucios,
se mezcla mi llanto con el de las flores.
He matado.
La tortura la he hecho yo contra todos,
el cristal ha reventado y la flor ha caído
por la desesperación de no tener tus ojos.
Esa flor que traté con esmero y cuidado
ha muerto por todos mis dolores,
y ha pagado con tortura este amor olvidado.
He traicionado.
No he podido esta vez contra el instinto;
el miedo y el odio dominando, y yo me escondo
solo, en la oscuridad que reina en mis ojos.
Perdí la vida, robé otra y ahora intento
torturarme para no sufrir más, para no llorar,
me flagelo a la luz de la tristeza: Soy un asesino.
Traicionar.
Morir.
Torturar.